lunes, 30 de noviembre de 2009

Hoy, que estoy más cerca del arpa que de la guitarra, y con la claridad que da esa cercanía, yo quisiera decirles amigos… basta. Basta de vivir así. ¿Saben cuál es el problema? El problema es la obsesión que tienen con la felicidad. ¿Por qué no se dejan de corchar con la felicidad? Todos, absolutamente todos están dele que te dele buscando la felicidad ¿Y qué es lo único que encuentran? Amargura. ¿Por qué? Porque esa felicidad que tan obsesionados están buscando es lo que los está torturando en verdad. Viven amargados buscando ese algo que les falta, ese algo que no tienen, ese algo que de tenerlo los haría más felices. Viven en las mismísimas puertas del cielo mis queridos borregos, siempre ahí a punto de entrar, a punto de llegar, a punto de conseguir esos cinco que faltan para el peso. Siempre ahí apunto de… golpeando las puertas del cielo, tratando de recuperar ese paraíso perdido, queriendo siempre llegar a la felicidad. Vivimos en las puertas del paraíso y créanme, borregos míos, que si cruzan esa puerta todo se termina. Porque esa felicidad, supuesta, ese cielo, ese paraíso, es que nada falte ¿pero qué pasa? Siempre falta algo. Y está muy bien que sea así, porque eso que nos falta es lo que nos mantiene vivos. La felicidad no es tenerlo todo, la felicidad son esos momentos lindos, fugaces, esos chubasquitos de éxtasis que ocurren muy de cuando en cuando, mientras uno sigue buscando ese algo que falta. Amigos míos, si vivimos siempre amargados buscando eso que nos falta vamos a estar siempre ante las puertas del cielo, siempre mirando la fiesta desde afuera. Estoy embarazada de dos meses, a lo sumo me quedaran siete de vida. Acá un amigo mío me ayudó, 210 días, eso significa doscientas diez oportunidades de encontrar esos chubasquitos de felicidad. Asi que mis amores, a todos los que están ahí escuchando, golpeando las puertas del cielo, les comento que la fiesta está en otro lado. Y los invito a mi fiesta de la primavera. No es una gran fiesta, no es todo lo que les falta, pero yo creo que si estamos todos juntos va a estar buena. La amargura de buscar la felicidad y no encontrarla, de estar en las puertas del paraíso y no poder entrar. Esa amargura nos hace perder de la fiesta, de la fiesta de estar vivos. Asi que borrego, deja de pensar tanto en la felicidad y el paraíso, mejor sumate a la fiesta que está buena. Sumate.

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Mili